Era un vaquerillo
Publicado en “Cantando al rayar el alba”. 1990

“En escenarios de altitudes limpias,
al calor maternal de las retamas,
entre gasas volátiles de nubes
y verdores de acebos y jaras,
vivió su infancia pura un vaquerillo
al abrigo de plantas aromáticas,
confundido en paisajes de silencios,
al borde de bellísimas gargantas...”

Premio “Caja de Ahorros de Segovia”
I Certamen de Poesía “Segovia y su Sierra”
(Casla, Segovia).

A mis padres
Publicado en “Cantando al rayar el alba”. 1990

“Si en un amanecer, rayando el alba,
me sintiera inspirado, con presteza,
correría a pedirles a las musas
me dictasen los versos de un poema
empapado de vientos, con fragancias
de hogazas amasadas en la artesa,
forjadas en el horno con la savia
del viejo roble reducido a leña...”


La sombra del castaño
Publicado en 1991

“En Perales la vida seguía su ritmo inalterable. Las estaciones se sucedían con puntualidad astronómica, pero a una velocidad endiablada, como las aspas de un gigantesco pero silencioso molino de viento. La primavera, la más alegre, vistosa y coquetona...”

“Kika divisó a lo lejos las luces de la ciudad y sintió que un fuerte nerviosismo se apoderaba de ella, hasta hacerle casi perder el control. Aquel aparato gigante, más que un avión, empezó a parecerle un ave rapaz, siniestra y nocturna, que llevaba impresa en sus garras la inconfundible señal de la muerte...”

“La luna llena, en su justo intento de medir todo e paisaje por el mismo rasero, obsequiaba con una pincelada del barniz transparente de sus rayos a las lomas, las huertas y las fábricas... Kika empezaba a olvidar la pesadilla de la caldera humeante, con olores a amoniaco y azufre...”


El abuelo
Publicado en “Chorros de amanecer”. 1992

“Como roble de fibras carcomidas
y corteza reseca y arrugada,
su tronco consumía lentamente
el escaso torrente de su savia,
plantado en el rincón de sus recuerdos
y asomado al balcón de su añoranza,
apurando los últimos destellos
del sol de atardecer que se apagaba...”

Mi retorno
Publicado en “Chorros de amanecer”. 1992

“Hoy vuelve esperanzado a sus raíces
mi corazón viajero,
a embriagarse de aromas y de alturas
y a saciarse de paz y de silencios.
Consideradlo amigos,
definitivamente vuestro;
os lo entrego cansado del camino,
fecundo de recuerdos,
de emociones gastadas,
y arribando a su puerto, ...”

Mención Honorífica
III Certamen de Poesía “Segovia y su Sierra”
(Casla, Segovia). 1991


Olalla... mi nieta primogénita
Publicado en “Antología Poética Ilustrada”. 1997

“Luz que alumbra el pretil de mi sendero
cuando una sombra extraña
decidida a privarme de caminos
ha empañado el cristal de mi ventana.
Eres la nota musical más dulce
nacida de las cuerdas de mi arpa,
el retoño más tierno de mi huerto
que exhibe su candor cada mañana; ...”

Andrea. Invitación a mi nieta
Publicado en “Antología Poética Ilustrada”. 1997

“Te invito a venir conmigo
a buscar setas y enanos,
subida sobre mis hombros
con tu cestito dorado.
¿Los enanos? ¡Qué graciosos!
Con sus trajecitos amplios
parecen polichinelas
vestidos de lino y raso...”

Ilustración: © Txema Muñoz

El brote de mi rama. (A mi nieto Manuel)
Publicado en “Del Alba al Atardecer”. 2000

“Una porción de delicados pétalos
ha llenado de aromas mi canasta,
y hoy rebosa de amores mañaneros
que destilan los poros de mis plantas.
Y he visto un brote de inocencia pura
aparecer en mi sutil pantalla,
para hacerme vivir horas de dicha
palpando su carita sonrosada...”

Arrepentimiento
Publicado en “Del Alba al Atardecer”. 2000

“Yo soy el acusado y el culpable,
culpable en primer grado y reincidente,
pues crecido entre el río de la gente
te perseguí con odio miserable.
Y cegado por algo inexplicable,
saboreando fobia, impunemente,
coloqué las espinas en tu frente
y las clavé con saña inconfesable...”

1er Premio II Certamen Poético.
Centro Cultural Extremeño de Aluche.


Mi puente roto
A mi esposa, Felicidad, fallecida en la flor de su vida
Publicado en “Antología Poética Ilustrada”. 1997

“...Para todo contaba con mi puente,
que usaba en mis paseos vespertinos:
para traer la leña
que alimentaba mi fogón idílico,
para cuidar las flores de mi huerto,
para escribir mis libros,
para sembrar jilgueros en mis árboles
y recoger la gracia de sus trinos...”

Ilustración: © Txema Muñoz

Aventuras de Julio, Patuco y el Abuelo
Publicado en 2002

“... Y al hablar del abuelo y del nieto, es imposible olvidarnos de Patuco, su fiel amigo, el perrito pequeño y peludo, de orejas enhiestas y cola levantada, en forma de surtidor, del que se contaban insólitas hazañas, rayanas en la fantasía, y al que recordaron con cariño durante varios años las gentes que lo conocieron. Le asignaron ese nombre, porque tenía las patitas delanteras cubiertas de pelo largo, entre blanco y negro, como si calzase polainas, que terminaban en un ensanchamiento, a modo de patuco, como los de los bebés. Un encanto de animal”


© Rafael Sanz Sanz. Todos los derechos reservados. Prohibida le reproducción sin la autorización escrita del autor.
Correo electrónico: rafaelsanzs@telefonica.net

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